Una mufla es un horno empleado en los laboratorios. Es un equipo de laboratorio diseñado especialmente para los procedimientos que requieren una exposición uniforme a muy altas temperaturas. Es decir, se emplean para calcinación de sustancias, secado de sustancias, fundición y procesos de control, así como también para tratamientos térmicos de endurecimiento y limpieza de moldes de inyección. 

Una mufla se constituye de una cámara cerrada fabricada con materiales refractarios. Se compone de una puerta por la que se accede al interior de la cámara de cocción, en la que existe un pequeño orificio de observación y para introducir sondas para verificar y registrar la temperatura dentro de la mufla. En el techo del equipo se ubica un agujero por donde salen los gases de la cámara. Las paredes de la mufla están fabricadas de placas de materiales térmicos y aislantes.

¿Cuándo se emplea una mufla?

Una mufla se emplea cuando se requiere en el laboratorio alcanzar temperaturas mayores a 350 °C. Es importante destacar que dentro de la mufla solamente pueden emplearse materiales refractarios pues son los únicos capaces de soportar las temperaturas que en ella se desarrollan. El objetivo de la mufla va a depender de la temperatura que puedan alcanzar y de allí se derivan todos los usos que pueden dársele. Alcanzando entre 1100°C y 1700°C la mufla es el instrumento de laboratorio que más altas temperaturas alcanza.

Su estructura y diseño permite mantener un control sobre la muestra introducida en el instrumento, algo muy difícil de obtener con otros tipos de hornos; pero muy necesario para controlar el procedimiento. Aunque ciertamente la mufla no suele emplearse en procesos para calentar muestras con mayor control, se sigue requiriendo de una supervisión de la muestra. La mufla realiza la función de horno de una manera bastante segura, pero con la diferencia que permite determinar y monitorear hasta cierto punto las condiciones de la muestra que se está sometiendo a altas temperaturas.

Usos de las muflas en los laboratorios

Entre los principales usos de las muflas encontramos el calcinado; este proceso de calcinación consiste en someter un elemento a altas temperaturas hasta descomponerlo. Este proceso posee muchas aplicaciones entre ellas, eliminar la humedad absorbida, el dióxido de carbono u oxidar la sustancia. También existen procesos de análisis de muestras que se realizan a partir de las cenizas de estas.

La mufla se considera un elemento esencial en los análisis gravimétricos, que se basan en determinar los elementos y proporciones en las que componen una muestra. Ya que uno de los pasos implicados en estos análisis consiste en el secado y calcinado de los precipitados, pasos o etapas realizadas en una mufla.

Pasos para emplear una mufla

Al momento de emplear una mufla, el usuario debe colocarse la indumentaria adecuada como guantes y delantal, dejar la mufla al menos unos 15 cm alejada de otros objetos para que el calor circule con libertad. Así como verificar que la mufla esté conectada de manera adecuada a la fuente de poder y así cargar las muestras que van a procesar. Una vez que se establece la temperatura de trabajo en el equipo, no debe haber personal del laboratorio ubicado en las proximidades del equipo sin las protecciones antes señaladas.

Otras recomendaciones para emplear una mufla son: no conectarla a un multiconector ni ninguna conexión que pueda sobrecalentarse. Al igual que se aconseja no mantenerse frente a la mufla mientras esta se encuentra operando. Teniendo estos puntos en cuenta, el resto de su funcionamiento se considera muy simple.

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• El horno consiste en un ladrillo de fibra policristalina de alúmina de alta pureza y un elemento calefactor de alta calidad. 
• Este horno está equipado con un sistema de refrigeración por aire, que hace que la temperatura se enfríe y aumente rápidamente. 
• Es una herramienta ideal para el recocido y sinterización de materiales, análisis de composición, pruebas de calidad, incineración en laboratorios universitarios, institutos de investigación, entre otros.
• 1200°C, 1400°C, 1700°C temperatura máxima de funcionamiento;
• Aislamiento de alúmina fibrosa de alta pureza para un máximo ahorro energético;
• Estructura de acero de doble capa con ventilador de enfriamiento de aire para mantener el exterior del horno seguro al tacto;
• El enclavamiento de seguridad apagará automáticamente el horno cuando se abra la puerta;
• El control automático PID a través del ángulo de fase limitador de corriente disparó la resistencia, por ejemplo, SC R (rectificador controlado por silicio).
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