Las balanzas son equipos de laboratorio que necesitan de un mantenimiento periódico para conservarlas en las mejores condiciones operativas.  Todo esto con el fin de garantizar la conservación de sus características. La calibración de balanzas es ampliamente recomendada porque ofrece numerosos beneficios. El principal es que se pueden obtener mediciones fiables, procesos de pesaje exactos que garantizan la fiabilidad de las operaciones o productos finales para los que sea requerida la medición.

De igual manera, la calibración permite ahorrar costos de residuos, retiras de productos o procesamientos porque ayuda a identificar de manera oportuna aquellos equipos que ya no funcionan correctamente y facilita la toma de decisión respecto a las resoluciones a aplicar en tales casos. Otra ventaja de hacer calibraciones de balanzas es la detección de equipos envejecidos. 

Las balanzas analíticas son un tipo especial de balanzas que ofrecen mediciones muy exactas, debido a que cuentan con un sistema capaz de medir mínimas diferencias en la masa. Son fabricadas dentro de una caja transparente provista de puertas para aislarla de ciertos factores que puedan afectar su funcionamiento.

Por eso, debido a la necesidad de extrema precisión de las medidas efectuadas, estas deben estar en salas específicas para su manipulación, con condiciones ambientales controladas.

Una balanza analítica se utiliza comúnmente para determinar la masa de un objeto, ella proporciona un alto grado de precisión en el orden de los 0,001 gramos. Para su correcto funcionamiento, la balanza analítica debe estar posicionada bajo un ambiente específico y tener las condiciones ambientales controladas para que no sufra alteración en el valor absoluto del pesaje. La balanza analítica se emplea por lo general en los laboratorios, ya que se utilizan ampliamente para pesar los ingredientes en la fabricación de soluciones, compuestos y medicamentos.